Lucero nació en El Salvador durante la época de la guerra civil, cuando los niños eran entrenados para matar durante las guerras en su país. Por eso, a Lucero le apasiona acabar con el mal uso y la explotación de niños y jóvenes y condenarlos como adultos por la forma en que sobreviven a las presiones y realidades a las que se enfrentan. Lucero fue acusada como adulta a los 17 años y salió de la cárcel a los 22.
Como madre joven, cree que las mujeres jóvenes y las niñas deben liderar el cambio que necesitan en sus vidas, familias y comunidades. Para Lucero, es importante cambiar la narrativa sobre nuestras vidas contando nuestras propias historias como mujeres y niñas cis y trans, hombres y jóvenes trans y personas de género expandido. Cree que las mujeres jóvenes con las que trabaja YWFC deben tener capacidad de decisión sobre sus propias vidas y el papel de los entrenadores de autodeterminación es apoyarlas para que definan lo que significa para ellas la autosuficiencia. Lucero va al encuentro de las mujeres donde se encuentran y trabaja con ellas a lo largo del tiempo para profundizar en su comprensión de sí mismas y de lo que significa la justicia para ellas, sus hijos y sus comunidades. Lucero ha estado con YWFC desde 2015.