Escrito por: Yareli Bautista, organizadora comunitaria de YWFC LA
A lo largo de mi adolescencia, aprendí y adopté muchos malos hábitos. Estos hábitos me llevaron a tomar decisiones que causaron traumas y dificultades en mi vida. Reconocer la importancia de responsabilizarme de mis actos fue una toma de conciencia importante. Esto incluía retos como no saber quererme a mí misma, complacer a la gente en extremo, dificultad para decir "No", comportamientos adictivos y otros hábitos autodestructivos. No tenía modelos positivos que me influyeran. No sabía cómo detectar las señales, así que cuando me encontraba en situaciones tóxicas y rodeada de gente que no se preocupaba por mí, acababa quedándome demasiado tiempo o pensaba que podía cambiar a otra persona. Esto me llevó a que "amigos" jugaran conmigo, me acosaran e incluso me agredieran sexualmente.
Todos llegamos a un punto en el que queremos rendirnos porque no podemos entender la raíz de nuestro dolor y cómo sanar o qué sanar. Así pues, hablemos de Cómo potenciar tu propio poder y el de los demás para sanar: reconocer los obstáculos para quienes no están del todo preparados para el cambio. Este concepto se centra en comprender que no todo el mundo está preparado para el cambio, y que hay limitaciones en lo que podemos hacer para ayudarles en ese viaje. Al navegar por las relaciones y las situaciones de la vida, es crucial comprender cuándo hay que alejarse de quienes no contribuyen al bienestar personal. Reconocer las limitaciones de cambiar a los demás sin su voluntad es realmente importante.
Todos necesitamos curación, crecimiento y espacio y tiempo para el desarrollo personal. La clave está en el poder transformador de la voluntad. No podemos forzar el cambio en los demás. Es importante entender las relaciones tóxicas, reconocer las señales y las banderas rojas, y destacar la importancia de que los jóvenes se distancien de esas relaciones. Para mí es realmente importante que los jóvenes comprendan para que no sigamos repitiendo ciclos traumáticos.
He aquí algunos ejemplos de cómo pueden ser las relaciones tóxicas: Falta de respeto a los límites; ignorar tus límites y hacerte sentir incómodo. Comportamiento controlador: control excesivo sobre ti y tus decisiones. Críticas constantes; comentarios negativos frecuentes sobre tu apariencia, tus habilidades y los demás. Celos enfermizos; celos excesivos, posesividad o sospecha sin razones válidas. Tácticas manipuladoras: utilizar la manipulación, la culpabilización o el chantaje emocional para conseguir lo que quieren. Comportamiento violento o agresivo: cualquier forma de violencia física o comportamiento agresivo. Gaslighting; una forma de manipulación psicológica en la que intentan hacerse la víctima y causar dudas y confusión y colocarte a ti como el villano.
Si estás experimentando estas cosas en una relación, ya sea romántica o familiar, es MUY importante que rompas el ciclo de violencia con esa persona.
Dar prioridad a tu autocuración crea esperanza en lo que hay más allá de las relaciones tóxicas - Curarse a uno mismo de este tipo de relaciones es crucial porque un trauma no resuelto puede afectar accidentalmente a nuestras relaciones más cercanas. Si no abordamos nuestro propio dolor, corremos el riesgo de transferirlo a familiares, amigos y parejas, extendiendo un ciclo de sufrimiento innecesario. Al dar prioridad a la curación personal, rompemos este ciclo y contribuimos a crear relaciones más sanas y compasivas. En esencia, nuestra decisión de sanar es un acto transformador que no sólo nos beneficia personalmente, sino que también repercute positivamente en nuestros seres queridos.