Por Julia Arroyo

Querida familia Freedom,
A principios de este año, tuve el gran honor de viajar a Aotearoa (Nueva Zelanda) como parte de la delegación del Viaje a la Justicia. Gracias a la financiación de increíbles socios alineados con el movimiento, como la Fundación Akonadi, Impact Justice y la Fundación de la Familia Zellerbach, me uní a otros líderes de la justicia penal para aprender del pueblo indígena maorí y cómo transformaron radicalmente su sistema de justicia juvenil.

Fui como hija de San Francisco, como madre, como descendiente del pueblo zapoteco y como alguien que ha caminado con mujeres jóvenes y jóvenes trans a través de las trincheras más profundas del encarcelamiento, la pobreza y la violencia estatal. Fui no sólo para aprender, sino para experimentar un futuro diferente.
Y lo hice.
Desde el momento en que aterrizamos, nos vimos envueltos en una ceremonia sagrada basada en el pepeha, una narración sagrada que da nombre a los ríos y montañas de los que procedes. Fuimos testigos de cómo la cultura indígena maorí no sólo forma parte del sistema judicial neozelandés, sino que lo dirige.

Con el maná en el centro, la curación no se ve como un proyecto -
es un derecho de nacimiento para cada niño.
En Nueva Zelanda, las Conferencias de Grupos Familiares sustituyen a los tribunales y son los Whānau (familias), y no los jueces, quienes deciden el camino a seguir por los jóvenes. Es realmente una hermosa ejecución de la comunidad que se une para apoyar a los jóvenes y darles la atención individualizada que necesitan y merecen.
Fue más que un viaje, fue una reorientación espiritual, y reafirmó lo que en el Young Women's Freedom Center siempre hemos sabido: que la justicia nace de la comunidad, no de las jaulas.
Ya lo estamos haciendo con nuestra campaña Libertad 2030, círculos de sanación dirigidos por jóvenes y llamamientos para poner fin de forma permanente al encarcelamiento y la criminalización de las niñas y los jóvenes trans de todos los géneros.

Nueva Zelanda nos mostró lo que es posible cuando una nación se compromete plenamente con la juventud, la comunidad y nuestra curación colectiva.
Ahora necesitamos todo su apoyo. ¡Hágase donante mensual hoy mismo!
Cada dólar nos ayuda a hacer crecer el liderazgo y el empoderamiento económico de las jóvenes y los jóvenes trans de todos los géneros que salen del encarcelamiento y la pobreza.
Honremos el conocimiento sagrado que se compartió con nosotros en Aotearoa y sigamos construyendo un futuro arraigado en la autodeterminación, el amor y la libertad.
Impulsar el movimiento por la justicia de menores,
Julia Arroyo
Director Ejecutivo, YWFC


